La gran diferencia del leasing con los créditos hipotecarios tradicionales es que mientras en estos los compradores deben pagar una cuota inicial de mínimo 30% del valor de la vivienda, con leasing se paga sólo 20% de cuota inicial y una cuota final, lo que les sirve a quienes no tienen los ahorros suficientes para hacerse a un techo propio.
En el leasing o arriendo con opción de compra las personas pagan un arriendo mensual de la vivienda nueva o usada que les interesa y al final de un plazo pactado con el banco deciden si se quedan con el inmueble o se lo devuelven al banco. En el valor de ese arriendo están incluidos tanto los intereses como los seguros y el comprador debe tener presente que, mientras paga arriendo, debe ir ahorrando para la cuota final.
El leasing se puede pactar entre 5 y 30 años, y puede ser en tasa fija (pesos) como en tasa variable (UVR). Sin embargo, se pueden hacer abonos extraordinarios o inclusive el prepago total de la obligación dependiendo del banco que tenga la modalidad de leasing habitacional.
Alguno de los bancos que tienen esta alternativa Davivienda, Corpbanca, Bancolombia y el BBVA.